
Cuando hablamos de la acústica de una estancia, como, por ejemplo, el salón-comedor, nos referimos a las propiedades sonoras de ese espacio cerrado: cómo se comportan y se propagan las ondas de sonido dentro de él. Es una cuestión que va mucho más allá de lo técnico, porque incide directamente en la experiencia sensorial que vivimos en nuestro propio hogar. Seguro que alguna vez has entrado en una casa vacía o sin amueblar y has notado algo extraño en el sonido de tu voz o incluso en el eco de tus pasos. Ese vacío se suele traducir en reverberaciones, ecos y una sensación auditiva poco confortable.
Cuanto mayor es el espacio y más superficies duras contiene, más evidente resulta este fenómeno. Esas ondas de sonido pueden ir rebotando sin control y terminar generando una sensación de incomodidad, e incluso pueden llegar a dificultar la inteligibilidad de conversaciones, música o películas. Por el contrario, cuando ese mismo espacio se encuentra correctamente amueblado, el sonido cambia por completo. De pronto, la estancia se vuelve más cálida, más envolvente, más equilibrada.
Esto se debe a que muchos elementos comunes en los hogares, como cortinas, alfombras, cojines o tapizados, ayudan a absorber determinadas frecuencias. Las telas y espumas que encontramos en los muebles blandos actúan como amortiguadores acústicos, mientras que otros materiales como el vidrio, el metal o incluso algunas maderas muy densas y pulidas tienden a reflejar las ondas de sonido, generando efectos acústicos no deseados. Por eso, en este artículo te vamos a mostrar cómo mejorar la acústica de un salón a través de un elemento tan central como el sofá.
¿Cómo un sofá puede mejorar la acústica de un salón?
El sofá, además de ser un punto focal estético y funcional que podemos encontrar en cualquier sala de estar, cumple también un papel clave en la acústica doméstica. Su estructura mullida y el volumen que ocupa aporta una gran capacidad de absorción sonora, ayudando a reducir el nivel de reverberación de la estancia. Esto quiere decir que el sofá actúa como un “absorbedor pasivo” de ondas sonoras, especialmente aquellas que se mueven en las frecuencias medias y altas, que son las que más benefician la inteligibilidad.
Los materiales pueden mejorar la acústica del salón
Cuando un sofá está fabricado con materiales como espuma de alta densidad, látex, o viscoelástica y viene recubierto de tejidos gruesos como el terciopelo o la chenilla, e incluso plumas o fibras sintéticas en los cojines, cada uno de estos componentes contribuye a amortiguar el sonido.
En otras palabras, el sofá ayuda a controlar el sonido que fluye por la sala, reduciendo los ecos y la reverberación, así como mejorando la nitidez en la escucha al realizar en determinadas actividades cotidianas como ver televisión, escuchar música o mantener una conversación con nuestros amigos y familiares
El sofá puede actuar como una pantalla acústica
La disposición del sofá también influye, ya que también puede actuar de pantalla. Por ejemplo, si lo situamos de tal manera que interrumpa las trayectorias del sonido que van desde una pared a otra, puede ayudar a romper esas ondas estacionarias tan incómodas que se generan en salas alargadas o de grandes dimensiones.
Si ubicamos un sofá chaiselongue o un modelo en L colocado estratégicamente podemos delimitar zonas acústicamente más controladas dentro del salón, lo cual permite crear espacios mucho más acogedores y funcionales para ver la tele, escuchar música o mantener una conversación con nuestros amigos, familiares o pareja.
Es capaz de equilibrar el sonido del salón
Cuando hablamos de salones con techos altos, el sofá también puede ayudar a equilibrar acústicamente el entorno, aportando masa capaz de absorber sonidos en un plano bajo que compense el vacío vertical. Y si combinamos este sofá con otros elementos textiles como alfombras, cortinas gruesas o paneles decorativos tapizados, el resultado puede ser sorprendentemente eficaz y, además, le otorgamos mucho más estilo a la estancia.
¿Cómo mejorar la acústica de un salón?

Si te preguntas cómo mejorar la acústica de un salón sin tener que recurrir a soluciones profesionales o técnicas complejas, la respuesta se encuentra en el mobiliario y los complementos textiles que elegimos. La clave reside en introducir materiales y elementos que contribuyan a absorber el sonido.
Ten en cuenta cuáles son las superficies duras que empeoran el sonido
Te recomendamos empezar por analizar las superficies duras, por ejemplo, si tienes suelos de mármol, paredes lisas, techos altos o cristaleras, ya que son elementos que reflejan las ondas sonoras. Para contrarrestarlo, necesitas introducir elementos que tengan una superficie blanda, pero que además tengan un determinado volumen y que aporten textura.
Los sofás son perfectos para mejorar la acústica del salón
Los sofás, sin lugar a dudas, son lo primero que deberíamos tener en cuenta. Te recomendamos apostar por modelos de gran tamaño, siempre y cuando el espacio lo permita, tapizados con tejidos naturales o sintéticos con cierto grosor, y rellenos que aporten densidad. Si además cuentas con cojines decorativos, mantas o respaldos altos, estos pueden contribuir aún más a disipar la energía sonora para mejorar la acústica.
Las alfombras y las cortinas, otros grandes aliados
Las alfombras son otro recurso muy efectivo. Además de delimitar visualmente los espacios, cubren el suelo —una de las superficies más reflectantes— y absorben gran parte del rebote sonoro. Las cortinas también pueden cumplir con esta doble función estética y acústica, especialmente si son pesadas o con tejidos tupidos.
La distribución del mobiliario también es importante
Colocar estratégicamente el sofá y otros muebles tapizados para interrumpir la distribución de las ondas sonoras es una manera muy práctica de cómo mejorar la acústica del salón sin necesidad de obras ni intervenciones técnicas. Incluso puedes incorporar paneles decorativos acústicos en la pared —con o sin función estética— si necesitas una mejora más notable del sonido de la estancia esta también puede ser una opción excelente.
Cómo el diseño puede mejorar el sonido del salón
En definitiva, si te preguntas cómo mejorar la acústica de un salón no tiene por qué ser un proceso complicado ni costoso en términos económicos. Basta con prestar atención a los elementos que ya forman parte del día a día. Un buen sofá no únicamente es capaz de transformar el aspecto visual del salón, sino que también puede cambiar radicalmente el sonido de nuestro hogar.
Si quieres darle una vuelta a la decoración del hogar o simplemente quieres mejorar el confort sonoro de tu espacio, empieza por pensar cómo quieres que sea tu sofá: su tamaño, su forma, su tapizado y el lugar donde lo vas a ubicar, ya que estos aspectos pueden marcar la diferencia.
En este sentido, podemos decir que elegir muebles de calidad es fundamental. En SofaClub, tu tienda de muebles online de confianza, encontrarás los precios más económicos del mercado en una amplia gama de sofás y mesas de centro para el salón, todos ellos fabricados con materiales de la más alta calidad. Porque cuando hablamos del salón, cada elemento suma, y el confort acústico no es una excepción.
En definitiva, con independencia de que busques un entorno envolvente donde ver películas, una sala en la que poder entender cualquier conversación sin esfuerzo o un rincón para escuchar música con la mejor claridad, no cabe ninguna duda de que el sofá puede convertirse en tu mejor aliado por su capacidad absorbente de ondas sonoras. No esperes más y comprueba por ti mismo cuál puede ser el impacto del sofá en la acústica de tu sala de estar. Después de todo, cuantos más muebles haya en esta estancia, mejor será su acústica.